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"¡Quiero darle una oportunidad a los niños, que nunca han tenido alguna!”

                                        Hace unos 11 años, visité la ciudad de San Pedro, cerca
                                        del lago Atitlán en Guatemala. Allí, mi maestra de español
                                        me llevó a la escuela para los niños recolectores de café
                                        en Bella Vista. Esto fue en medio de una plantación de café
                                        en las laderas del volcán de San Pedro. Unas sesenta
                                        familias vivían allí en circunstancias de mucha necesidad.
                                        Esto se observaba especialmente en la escuela, que resultó ser una choza arcillosa de un solo cuarto, donde recibían clases 25 niños sentados en simples bancos de madera. Tenían un maestro, pero no tenían libros ni otros materiales de enseñanza, tales como una pizarra o tiza. Tan sólo unos lápices y un poco de papel.

Unos perros callejeros recorrían el patio de afuera, mientras nosotros buscamos agua, luz y servicios sanitarios que al final no logramos encontrar. De regreso hacia San Pedro, en medio del camino polvoriento, nos
sentíamos absolutamente aterrados.
Nunca antes había visto niños tan pobres y
sólo sabía que tenía que ayudar. Le comente
a toda persona que conocía, sobre estos niños
y su situación, y así empecé a construir una
red de ayudantes.

Al año siguiente, los padres habían encontrado un edificio más grande para alquilar y mi marido y yo habíamos entregado los primeros libros a la escuela. En ese momento la calle estaba en malas condiciones y por ende era muy difícil pasar por ella. Sin embargo, eso no era obstáculo para que les entregáramos una pizarra y otros materiales escolares, instalamos dos ventanas y puertas y construimos el primer inodoro. ¡Fue el comienzo de una escuela de trabajo!


Para encontrar patrocinadores, hemos utilizado las fotografías tomadas de los huérfanos sobresalientes y especialmente necesitados (sus madres eran viudas). María Fritz pronto se convirtió en una fervorosa partidaria. La escuela creció y hemos sido capaces de emplear un maestro. También buscamos apoyo de las autoridades locales de San Pedro.

HOY:

La Bella Vista School es una escuela primaria reconocida por el gobierno. Actualmente, cuenta con una guardería y seis clases de nivel básico. La escuela ahora tiene agua y electricidad. Hay tres aulas más, construidas con tablones de madera y techos de zinc. ¡Ahora alrededor de 85 a 100 niños asisten a la escuela todos los años!
Vienen del 75% de la población de Guatemala que son mayas. Los padres son los más pobres, que trabajan como recolectores de grano de café, pero que lamentablemente durante el largo período de lluvias no tienen empleo.

 

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